viernes, 23 de octubre de 2009

óxido

Están oxidados los anillos. 

¿Y se oxidan cómo? Con fuego y tiempo. Se oxidan dejando que la molécula tome aire, como quien inspira hondo, entonces sin querer suelta un electrón. Se libera energía. Al soltarlo lentamente el metal comienza a corroerse. Debe doler la separación porque tardan mucho en oxidarse.

En el metal queda la marca. El electrón se fué.  Hubo movimiento y mutación. El aire imprimió su huella.

Vos te oxidás también. El aire deja su huella dentro. Ahora mismo te estás oxidando despacio como los anillos, como yo.

Respirá hondo.

En cada una de tus células, justo ahí, ¿ves? en la mitocondria, la transformación sucede. Todo el tiempo. Se libera energía, para eso el aire. Entonces nos movemos y mutamos. Nos transformamos. Por eso hay que respirar hondo y exhalar profundamente. 

Respirar. 

Ahí nos oxidamos. Ahí soltamos. Ahí vivimos.

El metal respira como respirás vos, como respiro yo, lenta y profundamente.

Por eso el metal, por eso el óxido, por eso vos, por eso yo.

Aire.

2 comentarios:

  1. se respira muy -pero muy- lindo en este blog, tan fresco y oxidado a la vez...


    pasaré seguido a buscar a i r e !


    (amiga genia gracias por la inspiración constante)

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