miércoles, 21 de octubre de 2009

2.

Para que la vocación y el destino de una persona aparezca, es necesario un sistema de pensamiento que deje lugar al individuo, lo que equivale a decir libertad. A esa libertad, que es el medio en que vive intangible la persona. El individuo inintercambiable con otro, al que no se le puede arrancar el secreto último, que solamente la vida irá librando a la luz. Y dentro de la cual alienta la persona cuyos límites no pueden ser trazados de antemano, sino simplemente situándola dentro de la condición humana, pero nada más. Pues que toda humana persona es , ante todo, una promesa, una promesa de realización creadora.
María Zambrano

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